Comentario de los capítulos 4 y 5 de "Les TIC a l'Educació infantil"

En este apartado haremos un comentario sobre los capítulos 4 y 5 del libro antes mencionado “Les TIC a l’Educació infantil”. Para ello, destacaremos en primer lugar que ambos capítulos se diferencian en gran medida de los dos primeros, sobre los cuales ya hemos hablado anteriormente, y esta diferencia se basa en que, mientras los capítulos 1 y 2 pretendían concienciarnos sobre la utilidad de las TIC en la educación y por tanto la necesidad de integrarlas ya desde la etapa de infantil, los capítulos 4 y 5 no son tanto conocimientos teóricos sino más bien una extensa recopilación de recursos TIC aplicables al aula (y por tanto que contemplan las competencias básicas del currículum de Educación infantil), así como también una ayuda o referencia para el docente que le guíe en su tarea educativa y le inspire en la creación de actividades motivadoras para sus alumnos.

Dicho esto, comenzaremos afirmando que para hacer un buen uso educativo de las TIC y por tanto inserirnos en este nuevo mundo digitalizado con el fin de formar unos alumnos capaces de defenderse en esta sociedad actual, el requisito mínimo que se contempla es la dotación de ordenadores en las aulas. Ahora bien, en este aspecto entramos en la continua discusión sobre la preferencia de ordenadores en las aulas o un aula única de ordenadores, debate que parece resolverse cada vez más a favor de la primera opción. Y es que queda claro que teniendo ordenadores en el aula éstos pueden ser utilizados de forma habitual en las tareas diarias de clase, usándolos cuando lo consideremos oportuno, sin necesidad de trasladarse a otra aula donde, casi podemos asegurar, se separarán los conceptos dados en clase de la práctica que ahora se llevará a cabo. De hecho, actualmente pocos centros están provistos de ordenadores en el aula, ya que en la mayoría de ellos los alumnos únicamente tienen contacto con ordenadores en la asignatura de ‘Informática’, permaneciendo en el resto de asignaturas la metodología tradicional pizarra-libro (sobretodo en primaria, curso donde he realizado mis prácticas y he podido observar esta situación que, a mi parecer, debería ser solucionada).

Ahora bien, lo expuesto anteriormente no significa que en la actual realidad educativa no haya cada vez más docentes que se interesen por su propia formación en las TIC o incluso por profundizar en el uso de determinadas aplicaciones. Los hay, afortunadamente. Y es que, de hecho, únicamente nuestros alumnos pueden integrarse positiva y autónomamente en el mundo de las TIC si sus maestros utilizan estos recursos educativos como una herramienta más, además del clásico libro (entre otros), para motivarlos y crear en ellos una actitud de interés hacia esta realidad que los envuelve, y siempre teniendo en cuenta que esos profesores tengan una actitud abierta acerca de las infinitas posibilidades, ya no sólo educativas, que pueden ofrecer las tecnologías de la información y la comunicación.

Para ello, es decir, para impulsar el proyecto TIC en la escuela y llevarlo a cabo, es necesario un debate pedagógico entre el equipo directivo, el coordinador, la comisión de informática y el claustro de profesores, teniendo en cuenta que cada una de las aportaciones de estas figuras tendrá una enorme relevancia para la toma de decisiones con respecto al tema que nos ocupa. A esto cabe añadir que, si bien es necesario un consenso entre todas estas entidades educativas, también lo es un equipamiento idóneo para la escuela, a saber: espacio Wifi (o bien mediante cables) para que haya conexión a la red y a Internet, aula de ordenadores que permita el trabajo cooperativo o en grupo (preferiblemente grupos reducidos), ordenadores en el aula (al menos 4 por clase) para poder disponer de ellos libremente e integrarlos en la tarea diaria, periféricos (impresoras y escáners), cañón de proyección para la posibilidad de poder hacer presentaciones en clase, cámara de fotos (digital) para poder obtener imágenes digitales de manera instantánea y como medio de creación y manipulación de imágenes, cámara de vídeo como medio de creación de audio e imagen en movimiento, y por último, pantallas táctiles para favorecer la coordinación mano-ojo (sobretodo en los niños que tengan dificultades para ello) y para hacer sentir a los alumnos protagonistas de su propio aprendizaje.

Pues bien, tras exponer los condicionantes y recursos de toda aula ideal, pasaremos a comentar el quinto capítulo del presente libro, “Programari i recursos didàctics”, que no es sino un listado de las aplicaciones más habituales que se utilizan en educación infantil, comenzando por aquellas que ya se encuentran instaladas en los ordenadores para posteriormente hablar de aquellas otras que se pueden encontrar en Internet, y siempre insertadas en alguna de las tres áreas o competencias que contempla el currículum de Educación infantil, ya mencionadas en otra ocasión, como forma de trabajarlas y facilitar la obtención de los objetivos que en ellas se preveen.

Dicho esto, los autores empiezan citando los procesadores de textos, entre los que destacan el Word y el OpenOffice; los programas de dibujo, como el Paint o el KidPix; los programas de presentación, mencionando el PowerPoint y el OpenOffice Impress; y por último, el programa Clic y JClic para que los niños trabajen con actividades concretas cuyo temario se haya dado (o se esté dando) en clase. Otros programas muy interesantes para trabajar o consultar serían, entre otros, los siguientes:

En primer lugar el entorno educativo edu365 (http://www.edu365.cat/), una web creada por el Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya donde podemos encontrar diversas aplicaciones para todas las etapas y ciclos educativos, así como también para los padres y madres. Centrándonos en la etapa que nos concierne, educación infantil, podemos decir que en esta web hay propuestas una gran cantidad de actividades cuya temática varía desde ejercicios de formar letras o palabras, seriaciones, numeración… hasta actividades de trabajo de dominio del ratón.

En segundo lugar destacaríamos el portal “Sàlix i els sentits” (www.lacenet.org/sentits), un proyecto que propone un viaje a través de los cinco sentidos, dinamizado por un payaso llamado Sàlix, y posee los siguientes componentes: la caja con material sensorial para trabajar los cinco sentidos que reciben las escuelas al principio del proyecto, la página web del proyecto donde se puede compartir la tarea realizada, y una fiesta final presencial donde los niños conocen al payaso Sàlix y donde se realizan una serie de actividades de finalización del proyecto.

En tercer lugar podemos mencionar la página web: http://www.lestresbessones.com/, donde las tres mellizas de la famosa serie de dibujos de televisión nos introducen diferentes actividades y juegos para niños, ya sea para educación infantil o niveles superiores.

Y por último destacamos la web del zoo de Barcelona (http://www.zoobarcelona.com) como una buena herramienta para trabajar con los niños para que conozcan la variedad de animales y su entorno, conteniendo buenas y gran diversidad de ilustraciones sobre estos seres vivos.

Pues bien, expuestas estas ideas principales, podemos concluir afirmando que es importante, a mi parecer, la búsqueda de nuevos recursos tecnológicos por parte del profesorado, no sólo para obtener nuevas ideas sobre actividades que después puedan ser aplicadas en el aula, sino también para compartir las propias experiencias educativas con otras personas del mundo de la docencia e intercambiar, de ese modo, opiniones, ideas, etc. que favorezcan una apertura de la mente. Y este es un aspecto que debería estar más presente en la realidad educativa actual, ya que si bien es necesaria, según hemos visto, la integración de las TIC en la escuela, es evidente que siguen existiendo todavía lagunas en este campo, sobretodo si nos referimos a esta búsqueda de nuevos recursos, por lo que cabe destacar que es la misma sociedad quien “pide a gritos” una mayor concienciación sobre la continua transformación digital y tecnológica que está sufriendo y de la que somos testigos activos, concienciación que debería promoverse desde la educación.